11.1.14

La literatura, entre las computadoras y la ciencia

Una serie de notas de las primeras semanas del año demuestran cómo cada vez más la literatura está siendo sometida al rigor del análisis cuantitativo, tanto para aprender cómo funciona como para detectar fórmulas exitosas a la hora de crearla

Página de un libro mal escaneado: theartofgooglebooks.tumblr.com./revista Ñ
Hagan el siguiente experimento: evoquen un recuerdo de su pasado, pero de algo que ya no existe o de un lugar que no hayan visitado en mucho tiempo –por ejemplo, el salón de la escuela de tercer grado o la casa de los abuelos que visitaban durante la infancia. ¿Listo? Ahora piensen en el mundo de un gran libro que haya leído. Las calles, las habitaciones, la luz de ese mundo. ¿Ok? Finalmente, comparen esos dos recuerdos. ¿No son parecidos? O, para decirlo con más precisión, ¿no son los dos recuerdos igual de reales en su imaginación, aunque uno es del mundo verdadero y otro de un mundo de ficción?
Algo nos pasa cuando leemos grandes libros. Algo nos pasa que es físico y real. Un lector verdadero no tiene duda de esto. Pero, ¿cómo comprobarlo? Parece que la ciencia lo acaba de hacer.
Un estudio editado en la publicación Brain Connectivity afirmó que leer novelas provoca cambios en el cerebro que se pueden percibir con un escaneo IRMf (la imagen por resonancia magnética funcional). Los investigadores de la Universidad de Emory estudiaron los cerebros de 21 alumnos después de leer durante nueve días 30 páginas por día de la misma novela. Tras terminar el libro, sus cerebros fueron escaneados cinco veces más en días consecutivos. Los resultados demostraron una conectividad elevada en el lóbulo temporal.
Gregory Berns, el director del experimento, explicó que lo que observaban en el escaneo era casi como una memoria muscular. Agregó, "los cambios neuronales que encontramos están asociados con la sensación física y sistemas de movimiento, lo cual sugiere que leer una novela te puede transportar adentro del cuerpo del protagonista. Ya sabemos que las novelas te pueden colocar en los zapatos de otra persona, hablando de una manera figurativa. Ahora estamos viendo que algo biológico también puede estar sucediendo".
Una ácida y rigurosa crítica de las conclusiones de este estudio se puede leer en el blog Brain Watch de la revista WIRED. Entre otras cosas, el periodista nota que no hubo un grupo de control y que no hay mención de cuán grande o duraderos fueron los cambios.
Esperamos, entusiasmados, más estudios en esta dirección, sabiendo que por más que se logre una perfecta explicación neurológica del proceso de leer, el misterio fundamental de la lectura –de cómo nos hace sentir y pensar– no podrá  ser disminuido.

Cómo construir un bestseller

Cambiando de la ciencia explicativa a la predictiva, un grupo de científicos dice haber desarrollado un algoritmo que puede predecir –con 84% de certeza– si un libro será o no un éxito comercial. Según una nota el The Telegraph, el método que utilizaron se llama “statistical stylometry” y examina matemáticamente el uso de palabras y gramática.
Los investigadores, de la Universidad de Stony Brook en el estado de Nueva York, bajaron clásicos del domino público del sitio Project Gutenberg, los analizaron y compararon las predicciones de su sistema con la información histórica de éxito del libro en cuestión. Dijeron que acertaron en un 84 por ciento.
Los libros exitosos analizados solían tener muchas conjunciones junto con una elevada cantidad de sustantivos y adjetivos. Mientras que los libros menos exitosos incluían un indice elevado de verbos y adverbios.
El paper fue editado por The Asociation of Computational Linguistics. Uno de los autores, Yejin Choi, dijo: “Por lo que sabemos, nuestro trabajo es el primero que ofrece explicaciones cuantitativas sobre la conexión entre el estilo de escribir y el éxito de las obras literarias. Trabajos anteriores han intentado descubrir la 'receta secreta' para los libros exitosos. Pero la mayoría de estos estudios eran cualitativas, basados en una decena de libros, y enfocados en un análisis de factores como las personalidades de los protagonistas y las tramas de los libros. Nuestro trabajo examina una colección más amplia –800 libros– en varios géneros, revelando ideas sobre patrones léxicos, sintácticos y discursivos que caracterizan los estilos de escritura que suelen compartir los libros exitosos.”

Big Data y la literatura
Por último, para cerrar este panorama de principios de año, citamos una nueva tendencia que amenaza someter a la producción de ficción popular a un sistema parecido al que sufren las películas de Hollywood. Es decir, un testeo de audiencias del libro mientras que está siendo elaborado. Una nota publicada en la revista online Salon explica cómo la investigación de mercado, basada en datos masivos coleccionados por e-readers como el Kindle, podrán influir en cómo se escriban novelas bestseller.
Big Data –el término que designa la gigantesca cantidad de información generada por sistemas computacionales junto con el intento de extraer de ese mar de datos conclusiones sobre la realidad– es la obsesión del mundo de los negocios, pero rápidamente está llegando al estudio de la literatura también. Una reciente nota en The New York Times explica cómo la tecnología de Big Data está siendo aplicada a la historia literaria.
Citan a un tal Mr. Jockers, profesor de letras en el Centro de investigaciones digitales en la Universidad de Nebraska que dijo: “Tradicionalmente, la historia literaria se ejercía estudiando un grupo limitado de textos. Lo que te permite la tecnología es ver el panorama mucho más amplio a una escala que nunca antes podíamos analizar.”
Usando modelos matemáticos, textos electrónicos y análisis cuantitativo el nuevo campo de las humanidades digitales analiza masivas muestras de obras literarias para descubrir y describir patrones que antes hubiera llevado una vida entera de lecturas subjetivas alcanzar.
A quienes les repugna la idea de tratar la literatura con tanta frialdad científica les podemos recomendar el largo artículo del Los Angeles Review of Books, Literature is not Data: Against Digital Humanities.
Lo que es indudable es que las ciencias de computación que se han aplicado omnívoramente a todas las actividades humanas no dejaran exenta a la literatura de su mirada fría, posthumana.
Y para concluir este boceto dejamos la pregunta: ¿Cuánto faltará para que un programa escriba literatura? O más raro aun: ¿Cuánto falta para que computadoras leen literatura escrita por computadoras?

9.1.14

Amoraga: "Me resulta más gratificante escribir sobre lo que vivo y conozco"

La vida era eso parte de una historia real de la pérdida de un ser querido y su superación a través de las redes sociales

Carmen Amoraga, ayer, el día siguiente de ganar el Premio Nadal 2014. / Consuelo Bautista./elpais.com
“Los grandes títulos de la literatura está llenos de grandes dramas, pero a la mayoría de las personas nos pasan cosas pequeñas que vivimos como un gran drama. Eso es común a todas las personas y de eso es de lo que me gusta escribir”. Con uno de esos dramas, La vida era eso, Carmen Amoraga (Picanya, Valencia, 1969) se impuso en la noche del Día de Reyes en el Premi Nadal 2014, el primer premio literario del año, en su edición número 70.
En La vida era eso, que la editorial Destino pondrá a la venta el 4 de febrero, Amoraga cuenta el gran drama que vive Giuliana, una argentina instalada en un pueblo de Valencia, con la pérdida de su marido William, víctima de un cáncer fulminante, y cómo las redes sociales, a las que él era muy aficionado, le ayudan a superar la pérdida, pese al rechazo inicial de la mujer.
La historia que cuenta Amoraga está basada, inicialmente, en la historia real que vive la madre de una de las compañeras de colegio de la hija mayor de la escritora, que ha acabado siendo “mi amiga del alma”, aunque reconoce que todavía “no la ha podido leer”.
“La manera en que mi amiga se acogió a las redes sociales y al mundo virtual para superar la pérdida y contar lo que le estaba pasando, eso es lo que he querido contar, además de cómo las redes sociales han cambiado la comunicación humana”.
“El mejor crítico se llama reedición. Si una novela se reedita es que gusta”
La escritora, que se confiesa fan de las redes sociales, sobre todo de Facebook: “Twitter a veces es como el plató de Sálvame”, huye de calificar su novela de “dura y triste” y prefiere asegurar que se trata de una novela que “cuenta una historia dura y triste pero en la que una mujer aprende a perder para poder vivir”.
Durante la ceremonia de entrega, la escritora lució en su solapa una enorme chapa reivindicativa contra el cierre de Canal 9: “Mi compromiso como escritora es escribir la mejor novela que sea capaz de escribir, pero en momentos en que nuestra voz se escucha un poco más tenemos la obligación de defender lo que creemos, en este caso lo público. Y yo, como valenciana y periodista, me acordé de mis compañeros de la televisión autonómica”. También tuvo unas palabras de agradecimiento para su profesor de literatura y para todos los profesores “en estos momentos en que la educación pública de calidad está en peligro”.
En cuanto al impacto de las críticas, Amoraga asegura que ella, cuando escribe, lo hace pensando en el lector, no en los críticos. “Me duele más una opinión negativa de un lector que una crítica de un profesional, que entiendo que va a criticar la novela, obligado y, a veces, con falta de tiempo”. Para la escritora “el mejor crítico se llama reedición y si las novelas se reeditan es porque gustan”.
En cuanto al nuevo libro, la galardonada espera que el lector “empatice con los personajes y que disfrute con la historia. Que la lean y que luego se planteen cosas”. El final, que por supuesto no quiere desvelar, asegura que “es abierto, porque no me gustan los finales cerrados”, y puntaliza “aunque para mí es un final feliz” ya que ocurre algo que “quizá puede ser el inicio de una relación que hace que la situación vivida el último año cambie”.
Su anterior novela, El rayo dormido, se sitúa en el género realista, aunque reconoce que se encuentra mejor en el intimismo de novelas como la ganadora La vida era eso: “Me resulta más gratificante escribir sobre lo que vivo y conozco, porque a veces vivimos tan deprisa que no vemos la realidad”.
Amoraga ha obtenido el Premio Nadal en el que quedó finalista en 2007 con Algo tan parecido al amor, la historia de tres mujeres que se cuentan los amores de toda su vida. También fue finalista del Planeta en 2010 con El tiempo mientras tanto, la historia de una mujer que repasa su difícil relación con su hija, en coma tras sufrir un accidente de coche. “Me gustan las carreras largas con pasos cortos”.

El arte de leer y el arte de escribir

"Los intereses de un escritor y los de sus lectores no coinciden jamás, y si lo hacen, sólo puede tratarse de un afortunado accidente". (Aunque también habría que decir que a veces coinciden demasiado)

Portada. El arte de leer de W .H. Auden, de Lumen./elmundo.es
Escribe W. H. Auden en El arte de leer.
"Un mal lector es como un mal traductor: es literal allí donde tendría que parafrasear y parafrasea allí donde debería leer literalmente". (Un lector no debiera ser un traductor, sino alguien capaz de escuchar lo que le están diciendo y para eso hay que saber lo que está escrito. En comparación, traducir siempre es fácil y el vicio más a mano).
"Cuando se trata de lectura, la erudición, valiosa como es, importa menos que el instinto: grandes estudiosos han sido pésimos traductores". (Me temo que la erudición no es ni más ni menos valiosa, sino un obstáculo a la lectura. Otra cosa es el conocimiento).
"A menudo obtenemos un gran provecho leyendo un libro de un modo distinto al que pretendía su autor, pero eso solo sucede (superada la infancia) si nos damos cuenta de que eso es justamente lo que estamos haciendo". (Vale. Aunque estaría bien definir "provecho").
"Una señal del valor literario de un libro es que pueda leerse de varias maneras distintas. A la inversa, la prueba de que la pornografía no posee el menor valor literario es que, si intentamos desviar nuestra lectura del estímulo sexual -si, por ejemplo, pretendemos leerla como si fuera un informe psicológico de las fantasías sexuales del autor-, nos aburrimos hasta las lágrimas". (No me imagino que se pueda leer un libro de varias maneras, salvo que sean varios libros o salvo que de nuevo leer sea traducir. Sí, hay varias traducciones, pero en la "Metamorfosis" de Kafka es conveniente saber que alguien se ha convertido en un horrible insecto, y que eso no es un sueño ni una alegoría ni una metáfora de su tiempo, sino un hecho. En cuanto a la pornografía, no sabía que alguna vez hubiera pretendido ser literatura).
"El disfrute no es, en ningún caso, una orientación crítica infalible, pero es la que yerra menos". (El disfrute no es una orientación crítica, a secas).
"Entre los veinte y los cuarenta, el signo inequívoco de que alguien posee gusto literario es que no esté seguro de tenerlo. Después de los cuarenta, si no nos hemos perdido por completo a nosotros mismos, el placer puede volver a ser lo que era en la infancia: la guía más apropiada de lo que deberíamos leer". (Creo que los únicos que no están seguros de tener gusto literario son los que no leen. Por lo común, el lector habitual siente que lee bajo algún criterio o principio. En cuanto a las estratificaciones por edad, hay que decir que la experiencia de cada cual tiene su propio calendario. Y en cuanto a volver a la infancia, de acuerdo, siempre y cuando por el camino se haya aprendido algo).

El arte de escribir

Sigamos con Auden, ahora con el arte de escribir:
"En teoría, el autor de un buen libro debería permanecer en el anonimato, puesto que es su obra, y no él, la que es digna de admiración". (Cabría incluso que la notoriedad y la fama actúen como sistemas compensatorios de la mala literatura).
"A veces, la fama envanece a un escritor genuino, pero rara vez consigue que se sienta orgulloso". (Seguramente, porque la fama es lo contrario del orgullo).
"Para un escritor, la popularidad universal sólo sería deseable si la imaginación y la inteligencia se repartieran equitativamente entre las personas". (De lo que se infiere que el escritor ha salido excesivamente bien parado de ese reparto).
"Muchas personas estarían dispuestas a admitir que no entienden de pintura o de música, pero muy pocos, habiendo asistido a la escuela y aprendido a leer anuncios publicitarios, aceptarían que no entienden su propia lengua. Como decía Karl Kraus: `Los lectores no entienden alemán, pero soy incapaz de explicárselo en idioma periodiqués´". (Efectivamente, hay que aceptar que son muy pocos los que entienden la lengua que hablan. Lo que sale muy comprometido de ese hecho indiscutible es la labor del escritor).
"¡Qué buena suerte la del matemático! Solo lo juzgan sus pares". (Habría que preguntarle a los matemáticos, pero, en todo caso, y por tanto, lo que se produce en literatura no es juicio, sino otra cosa, quizá una variante de la maledicencia).
"La mayoría de la gente disfruta al ver su propia caligrafía, igual que gozan del olor de sus pedos. Por más que deteste la máquina de escribir, debo admitir que favorece la autocrítica. La escritura mecanográfica es tan impersonal y tan desagradable a la vista que, en cuanto paso a máquina un poema, de inmediato descubro fallos que me habían pasado desapercibidos en el manuscrito. En cuanto a los poemas ajenos, la prueba más implacable que conozco es copiarlos a mano. El tedio que esto supone garantiza que el más mínimo defecto salga a la luz". (También es cierto que hay otros que al ver su trabajo mecanografiado pasan a considerarlo un clásico, precisamente por esa extraña objetividad que producen los tipos homogéneos de la imprenta. La enfermedad asociada es que la gente no quiere escribir, sino publicar, y las máquinas ofrecen un primer atisbo de la institucionalización del propio escrito).
"Cuando un crítico describe un libro como `honesto´, uno sabe inmediatamente: a) que está lejos de ser sincero (que es sinceramente insincero), b) que está mal escrito". (O que el crítico ha recibido honestamente sus honorarios).
"La conciencia social es más peligrosa para la integridad de un escritor que la codicia. Moralmente, es menos desconcertante que lo engañe a uno un viajante que un obispo". (La conciencia social si se lleva como una bandera no es distinta de la codicia. Y la conciencia pública le interesa tanto a un escritor como a un viajante o a un obispo, y por las mismas razones).
"Solamente un talento menor puede ser un perfecto caballero; un talento mayúsculo siempre tiene algo de sinvergüenza. De ahí la importancia de los escritores menores... como ejemplos de buena educación". (Si Auden levantara la cabeza vería en qué se ha convertido el panorama: todos los escritores quieren ser caballeros de las armas y las letras, todos quieren su reputación y su pensión de la Corona).
W. H. Auden en El arte de leer (Lumen, edición de Andreu Jaume y traducción de Juan Antonio Montiel).

8.1.14

Gamboa: "El escritor y el periodista buscan verdades absolutas distintas"

El peruano publica Contarlo todo, un libro que retrata el aprendizaje vital de Gabriel Lisboa

Jeremías Gamboa, autor peruano de Contarlo todo./elcultural.es

Jeremías Gamboa (Lima, 1975) ha irrumpido en el panorama literario latinoamericano como una relámpago con su primera novela, Contarlo todo, que publica Mondadori. El libro retrata el proceso de aprendizaje vital de Gabriel Lisboa, un joven peruano de humilde procedencia que, a medida que consigue hacerse un hueco en el periodismo limeño, se da cuenta de que la distancia con su verdadera vocación, la escritura de ficción, se acentúa cada vez más. La novela viene precedida por una gran expectación en la que mucho tiene que ver que fuera Mario Vargas Llosa quien le enviara el manuscrito a la mítica editora Carmen Balcells. Pero el ruido mediático parece de sobra justificado pues la crítica ha acogido la novela con entusiasmo. Sin ir más lejos, El Cultural seleccionó a Gamboa en el mes de noviembre como uno de los ocho autores que Llegaron para quedarse en 2013.

¿Esperaba los elogios que ha recibido Contarlo todo o uno siempre está más preparado para que las cosas salgan mal?
Lo bueno es que, entre que le entregas el libro a la editorial y es aprobado, hay un período de tiempo para prepararte. Mi anterior libro de cuentos fue publicado a nivel más bien local y consiguió buena crítica en Perú lo que me permitió en buena medida ingresar en el sistema literario del país. Sin embargo, nunca pensé que Contarlo todo fuera a tener este nivel de lanzamiento. Terminé la novela en octubre de 2012 y salió en noviembre de 2013. Me dio tiempo a comenzar otro proyecto y que los comentarios no los sintiera en carne viva.

A los 26 años, tras una meritoria trayectoria, abandonó el periodismo para dedicarse en exclusiva a la escritura. ¿Cómo lleva las entrevistas desde el otro lado?
Ya había empezado a dar entrevistas con el libro anterior. Supongo que estoy un poco más al tanto de lo que ocurre al otro lado. Puedo comentarle a un fotógrafo que me va a retratar que tire de este o aquel lado... Creo que te da una herramienta más para prefigurar lo que dices. Un lado tuyo siempre será periodista por lo que no vas tan inocente. Además, todavía hago perfiles y entrevistas en medios como El País o la revista Vogue. Pero procuro mantenerlo a raya.

¿Fue complicado tomar la decisión de dejar su trabajo?
Tuve una relación de amor y odio con la profesión. Esa contradicción está en la novela. Para Gabriel el periodismo es una plataforma de aprendizaje pero también es un limitante que le puede impedir acercarse a su vocación. La novela ensaya por momentos con las distancias entre una u otra. La labor del escritor y la del periodista buscan verdades absolutas distintas. Por un tiempo odié el periodismo pero cuando publiqué el libro de cuentos sentí que ya tenía a salvo la vocación y que podía ser ambas cosas a la vez y por un tiempo fui editor general de la revista Etiqueta Negra.

Este hecho, renunciar al periodismo, es solo uno de los muchos rasgos y experiencias vitales que comparte con el protagonista de su novela, Gabriel Lisboa. ¿Qué tiene Gabriel que no tiene Jeremías?
Gabriel tiene una exaltación que yo no tengo. Y precocidad. Él escribe su novela a los 29 que es cuando uno escribe lo que hubiese querido hacer, lo que desea o lo que teme vivir. Yo lo escribí de los 37 a los 38. Él lo escribe en 4 o 5 días. Yo más que esforzarme, me maté. Lo que más me costaba era mantener el tono juvenil porque a la vez que escribía iba creciendo. También la hipersensibilidad de Gabriel nos distingue. Un amigo me decía que Gabriel no podía ser yo porque era muy llorica y yo le parecía más seguro. Después el tiene más dificultades que las que yo he tenido. De alguna manera acentúas los rasgos para que la literatura funcione mejor. Él vive en Santa Anita y yo vivía en San Luis, más cerca de la Universidad. Además, Gabriel no tiene papás. Solamente ahí ya es poner un lado tuyo en una situación diferente. Aun así revela cosas de ti mismo.

¿Tenía claro el libro desde un principio o fue apareciendo?
La verdad es que no. Nunca tuve un diseño claro por eso creo que es tan intenso. Todo comenzó cuando estaba en EE.UU. terminando mi maestría. Eran momentos de mucha incertidumbre en los que no tenía claro qué era lo que iba a hacer. Saliendo de la ducha ocurrió lo que cuenta Gabriel al comienzo, ese momento de inspiración provocado por la música de Lou Reed. Y empecé a gritar... Cuando aparecieron estas páginas decidí volver a Lima para escribir este libro que es muy diferente de volver a Lima para ser escritor. Luego escribí una escena de amor y más tarde la despedida de tres amigos. No tenía una idea muy clara de qué iba. En principio trataba sobre alguien que pierde el interés por su trabajo y después pierde en efecto el propio trabajo. Pero me di cuenta de que no podía narrar el segundo libro sin el primero. Y tenía que narrarlo todo. Empecé con mi nombre propio y me quedé en la página tres por pudor. Me gustaba el nombre de Gabriel Lisboa que, además de una bonita ciudad de poetas que se me parecía a Lima, ya había aparecido en uno de mis cuentos. Ahí fue cuando definitivamente abrí la puerta de los temores y de los deseos y cuando la ficción comenzó a manifestarse.

Contarlo todo nos trae a la cabeza al Mario Vargas Llosa de, sobre todo, Conversación en La Catedral. ¿Está de acuerdo con esta referencia? ¿Qué otros autores cree que han influido la creación de esta novela?
El libro dialoga con Conversación en La Catedral en la primera parte mientras que en la segunda lo hace con La tía Julia y el escribidor ya que el personaje vive un romance prohibido al tiempo que quiere ser escritor. En ambos casos, hablan de las cosas que les pasan mientras quieren ser escritores y eso al final será su primera novela. Yo quería un personaje al que le pasara eso. Por ejemplo, los cuentos que Gabriel escribe son los de mi libro de cuentos, Punto de fuga. El pez en el agua también está en el fondo. Aquí en Lima, sin embargo, se habla mucho de que los personajes tienen un temperamento muy ahondado, en algunos aspectos casi arguediano. También se cita a Bryce Echenique a la hora de hablar del amor y la amistad.

¿Cómo ve la situación que atraviesa Perú respecto a la cultura en la actualidad?
Se está produciendo un crecimiento de la crítica y una expansión innegable del mercado cultural. El cine funciona mejor y hay mas librerías en Lima, editoriales independientes, la crítica se abre también a la gastronomía. La clase media se ha expandido y está enriqueciendo los niveles de representación de la sociedad.

7.1.14

Páginas web sobre escritura que deberías seguir en Facebook

Si eres un artesano de palabras que quiere saber y darse a conocer como escritor: unas muy buenas herramientas. Si no eres, la información no sobra...

Herramientas para escritores./sinjania.es
Hemos hablado mucho de la importancia que tiene hoy en día para el escritor tener presencia en redes sociales. Y, sin duda, es conveniente que un escritor que quiera adquirir relevancia tenga su propia página en una de las redes sociales más pobladas: Facebook. En su día, ya vimos algunas ideas del modo en que un escritor debe manejar su página en esta red social, e incluso vimos qué no debía hacer si quería ser amigable; hoy listaremos algunas páginas que es recomendable seguir si escribes y tienes una cuenta en Facebook. En ellas encontrarás contenidos interesantes que te ayudarán en tu día a día como escritor: consejos, recursos, ideas y recomendaciones.
  • Fundéu (Español urgente): la Fundación del Español Urgente —Fundéu BBVA— es una institución sin ánimo de lucro que tiene como principal objetivo impulsar el buen uso del idioma español en los medios de comunicación, cuya influencia en el desarrollo de nuestra lengua es cada vez mayor.
  • RAE (Real Academia Española).
  • Literautas: apuntes, reflexiones, tutoriales, ejercicios y otros recursos sobre el arte -o artesanía- de contar historias.
  • Escribe Romántica: recursos e ideas para los escritores de novela romántica.
  • Lecturalia: comunidad de lectores en castellano, recomendación de libros, reseñas y opiniones. También recursos para escritores.
  • Generación Kindle: ayuda a los lectores a encontrar todas las novedades de esta nueva generación de autores y servir como punto de encuentro entre unos y otros.
  • Azote Ortográfico: sobre ortografía.
  • Escrito y No Publicado: herramientas y recursos que ayudan a los escritores inéditos en el largo camino de publicar y vender una obra literaria.
  • Microcuentos: lo mejor de este género.
  • Libros y Literatura: reseñas y noticias literarias.
  • EntreEscritores: página de la plataforma de autopublicación.
  • Talleres Literarios Online: página de talleres literarios gratuitos en soporte vídeo.
  • Universo de Libros: libros, recomendaciones y novedades literarias, entrevistas y vídeos.
  • Español (con virgulilla): español. Corrección. Edición. Traducción. Etimología. Lunfardo. Análisis del discurso.
  • Comunidad Literaria: debates y noticias literarias, también sobre escritura.
  • Booktrailersweb: plataforma de promoción gratuita a través de booktrailers.
  • Leo y Escribo: promoción y disfusión de la lectura entre los universitarios españoles.
  • Diario de una escritora: todo lo que necesitas para escribir y publicar.
  • Diversidad Literaria: colectivo literario creado por jóvenes e inquietos escritores con el fin de fomentar la escritura y la lectura en todos sus ámbitos.
  • Neus Arqués: escritora y analista especializada en gestión de la visibilidad.
  • Escribir a pesar de todo: comunidad de amantes de la escritura donde todo el mundo puede compartir sus renglones.
  • Letras de Encuentro: comunidad de escritores que usan la Ñ.
  • Lavadora de textos: sobre corrección profesional de textos y redacción.
  • 97 Cats: Consejos y recursos para jóvenes escritores.
  • Taller de Escritura: desarrolla tu afición a la escritura.
  • Cómo escribir un libro (sin morir en el intento): ingeniería narrativa enfocada a la escritura creativa y a la creación de novelas. Consejos sobre técnica narrativa, concursos literarios y creatividad.
Si conoces alguna página interesante o tú mismo mantienes una, déjanos el enlace en los comentarios.

6.1.14

Qué estudiaron los maestros de la literatura universal

Aquí están los estudios realizados por algunos de los grandes escritores de la literatura universal


Alice Munro: Estudió inglés y periodismo en la Universidad de western Ontario.


Anton Chejov: Estudió Medicina.


Charles Bukowski: Cursó estudios de arte, periodismo y literatura durante dos años en la Universidad de Los Ángeles.

Edgar Allan Poe: Se enroló en el ejército y pasó brevemente por la Academia militar de West Point, pero no realizó estudios universitarios.


Ernest Hemingway: No realizó estudios universitarios. Tras graduarse de la secundaria consigue puesto como conductor de ambulancia durante la Primera Guerra Mundial.

Fiodor Dostoievski: Estudió Ingeniería en la escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo.

Franz Kafka: Estudió Química en la Universidad de Praga, pero se retiró a las dos semanas. Después intentó estudiar Historia del Arte y Filología Alemana. Finalmente se doctoró en Leyes.

Gabriel García Márquez: Estudió Derecho aunque no terminó sus estudios. Tras interrumpir sus estudios de derecho se convirtió en periodista pero no estudió para esto. 



Gustave Flaubert: Estudió Derecho pero no finalizó sus estudios.


Haruki Murakami: Estudió Literatura y Teatro griego en la universidad de Waseda.


H.G. Wells: Estudió Biología y Zoología en Londres.


Isaac Asimov: Estudió Bioquímica en la Universidad de Columbia.


James Joyce: Estudió lenguas y quiso estudiar Medicina (no lo hizo por razones económicas).

Jorge Luis Borges: No realizó estudios universitarios.

Joseph Conrad: No realizó estudios universitarios.


Juan Rulfo: No realizó estudios universitarios.

Julio Cortázar: Se formó como Profesor en Letras y obtuvó título como Traductor Público, título que logra en 9 meses cuando el tiempo normal era 3 años. El esfuerzo le provoca síntomas neuróticos.

Julio Verne: Estudia Derecho pero de inmediato se dedica a escribir. Tras casarse y adquirir complicaciones económicas, le pide a su padre dinero para invertir en la bolsa.

J.R.R. Tolkien: Se tituló en Idioma Inglés con énfasis en Lingüistica inglesa y Literatura.


León Tolstoi: Estudió Derecho en la Universidad de Kazan pero abandona los estudios.

Marcel Proust: No realizó estudios universitarios.


Mario Vargas Llosa: Estudió Humanidades en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y posgrado en la Universidad Complutense de Madrid.


Miguel de Unamuno: Estudió Literatura y Letras en la Universidad de Madrid.

Milan Kundera: Estudia Literatura en la Universidad Carolina de Praga pero se retira para estudiar Cine en la Academia de Praga.

Oscar Wilde: Se graduó de la Universidad de Oxford en Estudios Clásicos.


Paul Auster: Estudió literatura francesa, italiana e inglesa en la Universidad de Columbia. 


Ray Bradbury: No realizó estudios universitarios.


Roberto Bolaño: No realizó estudios universitarios. Se desempeño en variados oficios como lavaplatos, vigilante nocturno, camarero, en el servicio social de un Ayuntamiento... antes de lograr establecerse como escritor.


Stephen King: Estudió Inglés en la Universidad de Maine.
Umberto Eco: Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Turín.

2.1.14

¿Eres escritor?

¿Te sumas a mis propósitos para el 2014?

Diez razones para ser escritor: escribir/mercedespinto.wordpress.com
Hasta el día de Reyes tenemos tiempo sobrado para meditar y reorganizar nuestra vida, después ya no hay excusa. Los propósitos que se hacen con firmeza y en público implican un fuerte compromiso con uno mismo. Por eso quiero dejar aquí los míos, junto a la promesa de que haré todo lo que esté en mi mano para cumplirlos. Si tú quieres ser escritor o estás en ello, tal vez te apetezca sumarte a este ambicioso y apasionante proyecto:
*Poner una alarma en el ordenador que me recuerde cada equis tiempo que debo escribir al menos cuatro horas diarias de lunes a viernes.
*Cerrar Facebook, Twitter y páginas similares mientras esté en la sublime tarea de escribir.
*Trabajar siempre con el manual de estilo a mi derecha y no escatimar en estudio hasta aclaradas las dudas que surjan. Recomiendo “El curso práctico de corrección de estilo” de Susana Rodríguez-Vida, Editorial Octaedro; pero hay varios en el mercado muy buenos.
*Apuntar siempre en un documento aparte los datos relevantes de la historia que nos traemos entre manos. El orden en la escritura es tan importante como en cualquier otra disciplina, ahorra muchos errores y tiempo.
*No rellenar una sola página sin sentido, si un texto se me atraganta o sufro un vacío mental, parar el cronómetro, dar un paseo o escuchar algo de música hasta recuperar la concentración y las ideas.
*Leer en voz alta cada día lo escrito, con la voluntad de reírme de mí misma y borrarlo todo si fuese necesario; este no será un día perdido, muy al contrario. Tuve un profesor de pintura que me dio una gran lección, cuando me angustiaba porque no sabía dónde dar la pincelada, me decía: “Estás atascada porque no se puede ni se debe pintar sobre errores, de alguna manera sabes que te estás cargando toda una obra por un mal día”.
*Eliminar de mi repertorio la frase “no estoy inspirada”, es una excusa muy manida, las musas no son seres independientes y caprichosos que van y vienen a su antojo, están dentro de mí y a mis órdenes.
*Controlar mi tiempo de ocio, está bien poder esparcirse y ver un capítulo de “Mentes criminales” o de “C.S.I Nueva York”, pero uno, nada de quedarse dormida sin leer, aunque sea más cómodo y requiera menos esfuerzo fijar la vista en la pantalla del televisor que pasearla por el libro y poner algo más de atención para no perder el hilo de la historia.
*Leer con juicio y alternar las novedades de los escritores compañeros con las obras ya consagradas. Esto es importante, aunque es cierto que algunos de los nuevos libros que vamos conociendo puede que hagan historia, debemos acompañarnos también de los maestros. No olvidemos que los «facultativos» que enseñan este noble arte de novelar son los clásicos y que sus enseñanzas están en sus obras.
*Comer sano y hacer algo de ejercicio. Caminar un poco diariamente será suficiente, porque si cumplo todo lo anterior mis músculos se convertirán en mantequilla y el trasero se me pondrá como una patata gallega.
¡Ánimo y al toro, futuros escritores, que el 2014 promete!