3.12.09

El profesor de literatura de la UB David Viñas analiza en un ensayo las claves de los superventas

Contar una buena historia y ser didácticos son los elementos cruciales
El lanzamiento. Ejemplares de la última entrega de la trilogía de Stieg Larsson el día de su salida. Foto: GUILLERMO MOLINER
Los best-seller no tienen buena fama pero se venden como churros. Hay quien habla de ellos y no los lee y hay quien los lee a escondidas. Ruiz Zafón, Pérez-Reverte, Larsson se suman a los veteranos Follet, Gordon o King. Dan fama y dinero. ¿Cuál es el secreto? Eso le gustaría saber a muchos incluido David Viñas (Barcelona, 1968) profesor titular de Teoría de la Literatura de la Universitat de Barcelona que comenzó a estudiar este fenómeno cuando confirmó que sus alumnos no habían leído ninguno de los superventas de los últimos años. Él tampoco. Y sus compañeros de claustro, tampoco. Lo que ya le provocó muchas preguntas es que invitó un día a su clase al editor de uno de estos superventas y hablaba con desprecio del fenómeno.
David Viñas, autor de dos ensayos sobre la crítica literaria, ha pretendido responder a algunas cuestiones en El enigma best-seller, fenómenos extraños en el campo literario, (Ariel), un ameno estudio sobre una parte de la narrativa actual denostada por la critica y amada por el gran público. «La gente que me lea a mí no lee las críticas», dijo un día el autor de Los pilares de la tierra, harto de que verse casi obligado a pedir perdón por su obra.
Receta difícil de reproducir
«No resulta demasiado difícil», escribe Viñas, «descubrir sus ingredientes básicos y hasta su proceso de elaboración, pero es luego dificilísimo obtener el resultado soñado y más difícil todavía evitar que no se le quede a uno la cara de idiota al descubrir que, en definitiva, aquí el secreto es que no hay secreto».
¿De qué va? El best-seller «aprovecha los rasgos de géneros muy asentados», como la novela negra y gótica, explica Viñas, y luego está el márketing, indispensable para llegar a las listas de éxitos. Además, «lo que importa es la historia y menos la forma de contarla», añade Viñas, aunque tiene que cumplir con una idea básica, «entretener». El lector, en todo caso, no es tonto y reconocerá cualquier pedantería del autor y sus intentos por tratarle como ignorante. «Lo mejor es que el lector tenga la sensación de que ha aprendido algo, aunque sea una cultura muy superficial», dice Viñas y recuerda que los largos párrafos en latín de El nombre de la rosa no acobardaron a los cientos de miles de europeos que la leyeron.
¿Cómo es el lector? Viñas intentó encontrar al típico lector de superventas y fracasó. Pero sí encontró en común una «actitud de lectura». Leer tiene un componente de evasión y el ciudadano de la calle «quiere que le cuenten una buena historia», insiste Viñas, que rechaza el calificativo de «basura» que en ocasiones se da a este género así como que «se le perdone la vida» al lector de grandes éxitos que, guste o no, «crean tendencia».
¿Y por qué son tan gordos? A este tipo de literatura parecería que le fuese el tamaño medio y pequeño de libro. Pero abundan los grandes volúmenes difíciles de manejar. Aunque no lo ha estudiado en profundidad, Viñas considera que «el autor debe hacer gala de su didactismo y que ha sacado provecho a todo lo que ha aprendido; ese es el precio que paga el lector». Pese a que en este caso el tamaño no importa en términos de ventas, Viñas reconoce que no son pocas las veces en que el texto se alarga innecesariamente.
Para este trabajo, que Viñas se ha tomado tan en serio como el que realizó sobre el recientemente fallecido Francisco Ayala, evidentemente se leyó más de una veintena de best-sellers. Por tanto, es lógico que aplique el resultado de sus investigaciones al último fenómeno, el Milennium de Stieg Larsson.
¿Cuál es el secreto de su éxito? «Tiene –asegura– las claves básicas del género negro. Pero la sorpresa es que Larsson se inventó un personaje femenino, que iba a ser secundario, pero fue creciendo poco a poco y se convirtió en tan atractivo que se comió al personaje principal».
Mercedes Jansa/el Periódico de Catalunya

No hay comentarios:

Publicar un comentario