14.1.11

Consejos para un cuentista dubitativo

"Si al releer tu cuento tú mismo te aburres, no vale la pena encariñarse y pensar que a los demás va a gustarle. El cuento solo ha servido para limpiar tu cabeza, y hay que empezar de nuevo…, con otro cuento"

El escritor cubano Ronaldo Menéndez.¿Cuentista y dubitativo? © Daniel Mordzinski. fuente:revista eñe

Aquí van sus consejos. Sus...

Consejos para un cuentista dubitativo

1. Un cuento es un fotograma que uno captura en un momento único. Aprieta el obturador: escribe el cuento en el momento mismo en que aparezca en tu cabeza. Si fallas, podrás pensar que no eres un mal escritor sino un mal fotógrafo.

2. En etapas de febril creación de cuentos, nada de sexo (incluida la masturbación). La pulsión erótica, transformada en el arte de narrar, se convierte en una poderosa energía. Eso si realmente tienes talento de escritor, porque si no lo tienes estarás desperdiciando tu talento onanista.

3. Escucha el cuento. Escucha la música que tienen la sucesión de las palabras mientras escribes un cuento. El escritor de cuentos que atrapa el tono adecuado, lo tiene todo. Podría ir silbando su cuento por la Gran Vía y la gente leerá lo que silba.

4. ¿Cuál es el papel de un mal cuento? Eso todo el mundo lo sabe. El papel de un mal cuento es un papel higiénico. Si al releer tu cuento tú mismo te aburres, no vale la pena encariñarse y pensar que a los demás va a gustarle. El cuento solo ha servido para limpiar tu cabeza, y hay que empezar de nuevo…, con otro cuento.

5. Si en realidad tienes entre manos un gran cuento, tienes un problema. O no lo tienes: olvida todos los consejos anteriores porque el gran cuento se escribe por sí solo, a través de ti. El autor de un gran cuento siempre es el otro: la tradición, el daimon que habita en el cuentista.

La convocatoria del premio de relato Cosecha Eñe 2011 está abierta hasta el viernes 1 de abril de 2011.

Hay 3000 euros en juego para el máximo ganador.

Consulta las bases, rellena este formulario y envía tu relato a través de la web.


Quienes lo leemos desde hace tiempo, sabemos que el autor de novelas tan celebradas por la crítica y los lectores como La piel de Inesa (Premio Lengua de Trapo 1999), Las bestias, Río Quibú y la más reciente de ellas, Covers. En soledad y compañía, es también un maestro del relato corto.

En un punto intermedio —si esto es posible— entre Borges, Rulfo y Lezama Lima, tres de sus mayores referentes en lengua castellana, Menéndez es autor de las colecciones de cuentos Alguien se va lamiendo todo (Premio David de Cuba 1990), El derecho al pataleo de los ahorcados (Premio Casa de las Américas 1997) y De modo que esto es la muerte (2002), además de relatos incluidos en revistas como Eñe y antologías en América Latina, Estados Unidos, Alemania, Francia y España. Y por si esto fuera poco, uno de los dos nuevos títulos que ya tiene listos para la imprenta, Una muchedumbre de conejos muertos, es —cómo no— su nuevo libro de cuentos.

Menéndez, como ves, no para. Ha sido miembro del jurado del premio Cosecha Eñe de relato en la edición de 2009, imparte talleres en centros de escritura creativa y formación literaria (el próximo será justamente sobre la obra de Vargas Llosa, en Fuentetaja), asesora a escritores con poca experiencia en el mundo editorial y acaba de terminar también Los que se comen lo que no se come, una novela en la que venía trabajando desde hacía diez años.

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