El viejo que gritaba sin brazos
fOTO;fUENTE:Revista Ñ
Bolaño a favor
Roberto Bolaño parece uno de esos escoceses que luchan contra el ejército inglés en la película Corazón valiente. No pienso en Mel Gibson sino en un viejo que aunque le hayan cortado el brazo grita hasta quedarse afónico. Para Bolaño, escribir era como enfrentarse a un monstruo con la certeza de que nunca podrás ganarle y sin embargo arremangarse y salir a pelear. Y que el enemigo sea un monstruo imbatible. No importa tanto que Bolaño se haya puesto de moda, que sea un "escritor para escritores", que sus boutades hayan construido su aura de escritor maldito: quería escribir y vivió la poesía como una experiencia vital y mientras lo hacía se dedicaba a escapar de una realidad que lo aplastaba en Chile, en México, en Barcelona. Entonces le dijeron que en algún momento iba a morir y empezó a escribir para escapar de esa muerte. Toda su literatura encarna el espíritu de la revolución y a la vez su derrota: los realvisceralistas, sus poetas salvajes, sostenían que la legitimidad de la labor simbólica del escritor depende de su actitud vital.
Bolaño es el escritor de la desesperación romántica. Es el escritor de nuestra época, de nuestras perspectivas y de nuestros modelos del espanto.
Diego Erlan
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