3.8.10

Taibo II homenajea a Sandokan

En Los tigres de Malasia, su nueva novela, el autor español-mexicano busca cerrar un ajuste de cuentas con uno de sus escritores favoritos: Emilio Salgari

Paco Ignacio Taibo II,escritor español-mexicano, autor de la saga de Héctor Beloascarán Shine.CLARIDAD. "Era un hombre que tenía planteos avanzados y que tenía muy claro que la novela de aventuras gira en torno a la peripecia, la acción, y no a la retórica", dijo Taibo II sobre Salgari.foto.fuente:Revista Ñ

Los legendarios piratas Sandokán y Yáñez de Gomara, inventados por Emilio Salgari, han revivido en la pluma del mexicano Paco Ignacio Taibo II, quien se ha servido de ellos para hacer un homenaje festivo y apasionado al género literario de las novelas de aventuras.

"Yo siempre dije que una buena novela de aventuras se hace con enciclopedias malas y mucha imaginación. Lo importante no son las enciclopedias sino la mucha imaginación", dijo Taibo II.

El también biógrafo de Ernesto "Che" Guevara y de Pancho Villa acaba de publicar la novela Los Tigres de la Malasia (Planeta, 2010), en lo que busca ser un ajuste de cuentas con uno de sus héroes infantiles: el prolífico Salgari (1862-1911), un autor que admira pero que considera demasiado "políticamente correcto".

"Era un hombre que tenía planteos avanzados para su época en las aventuras y sobre todo tenía muy claro que la novela de aventuras gira en torno a la peripecia, la acción, no a la retórica", señala.

Taibo II confiesa que el autor veronés, que dejó un legado de más de 80 libros y un sinfín de relatos, "tenía unas aptitudes inmensas para ser un novelista popular", además de "una vena anticapitalista muy potente", y le considera en cierta medida un visionario.

"Es el primer hombre que tiene personajes femeninos centrales: Capitán Tormenta, Flor de Perlas, que era una rebelde filipina contra la colonia española", recuerda de Salgari, un hombre que llegó a ser ridiculizado en su tiempo y que acabó suicidándose.

El autor mexicano admite que él mismo es una especie de autor "sandokaniano", aludiendo así al espíritu justiciero y libertario que comparte con Sandokán, un príncipe de Borneo también conocido como "El tigre de Malasia".

Con su libro, Taibo II ha revivido al azote de los británicos del siglo XIX en el Öndico, Sandokán y a su fiel compañero, Yáñez de Gomara, un portugués, a quienes vuelve a hacer navegar en "La Mentirosa", su barco. Éste es una especie de pequeña utopía socialista donde todos sus tripulantes trabajan, incluso los náufragos que son rescatados.

Además de a Salgari la novela está llena de guiños a Rudyard Kipling, de viajes por Camboya, Goa (India) y Berlín (Alemania), tráfico de esclavos, fundamentalistas musulmanes, submarinos y banqueros filipinos amigos del poeta de la revolución cubana, José Martí, entre otros delirios literarios.

"Se trata de replantear la novela de aventuras, de revitalizarla", asegura Taibo II, quien dota de enorme fuerza al libro con su mezcolanza, técnicas literarias modernas y malas palabras "que Salgari nunca pudo usar".

Taibo II dice estar satisfecho con una obra que brinda "una revisión más maliciosa del mundo" de la que en su día propuso Salgari.

Para el autor, un personaje como el Sandokán de entonces "no sería pirata de mar" sino algo "más raro", porque la idea romántica que había tras la piratería de antaño hoy está pervertida.

Los confines del mundo son ya conocidos, y las víctimas de los piratas -sobre todo frente a las aguas de Somalia y otros países del este de µfrica- "son marineros inocentes" y los nuevos piratas carecen de poder de fuego "para combatir a los barcos modernos del planeta".

Convencido de que la literatura surge con tiempo y que además exige grandes dosis de imaginación, cree que en su libro ha usado "todos los recursos" del género de aventuras.

"La idea es reivindicar la novela aventuras como un soplo de oxígeno" en un momento de "tiempos muy oscuros", concluye Taibo II.

Finalmente, el también organizador de la Semana Negra de Gijón (España) hizo un balance muy positivo de la última edición celebrada del 9 al 18 de julio, donde hubo más de 850.000 visitantes y unos 150 autores participantes.

"Se puede decir que saltó por encima de la crisis. ­¡Ya la vida nos los cobrará el año que viene!", concluyó.

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